Consejos para un acercamiento positivo
No a todos los perros les gusta que un desconocido les acaricie, otros pueden tener problemas de conducta, traumas con humanos, además, nos podemos haber acercado de una manera que, en lenguaje canino, resulte amenazante, dominante o de invasión de su espacio.
Lo primero es que si va con su dueño, le debemos preguntar a él, normalmente te dará mucha información para saber si le debes de tocar o no.
- Debemos esperar a que se el perro el que se acerque a nosotros.
- Agáchate. Aunque sea lo típico, no es recomendable que nos acerquemos a un perro que no nos conoce desde arriba pues, de lo contrario, podemos intimidarle. Lo mejor es ponernos a su nivel, es decir, en cuclillas. Esta postura tiene que permitirnos mantener el equilibrio e incorporarnos rápidamente en caso de que el animal no reaccione bien a nuestro acercamiento.
- No le mires a los ojos fijamente. Los perros interpretan las miradas fijas y sostenidas a los ojos como una amenaza, tanto hacia a él como hacia su humano.
- Acerca tu mano para que la huela. Preséntate acercando suavemente la mano para que la huela. Lo ideal es que lo hagas con la palma hacia abajo y los dedos recogidos. Te decimos esto por seguridad, por si le diera por morder, que no te atrapara un dedo.
- No empieces tocándole la cabeza. De nuevo, otro comportamiento típico que no es muy adecuado llevarlo a cabo con un perro desconocido. En lenguaje perruno, tocar la cabeza es un gesto de dominación, muy agresivo para un primer contacto. Ya habrá tiempo.
- Acaríciale el mentón. Si a estas alturas el perro no ha hecho ningún extraño, puedes acariciarle en la zona del mentón. ¿Da un paso atrás o parece que no le gusta que le toques? Abandona. ¿Se muestra amistoso? ¡Sigamos!
- Costados y cuello. Si hemos pasado la prueba de fuego del mentón, podremos pasar a acariciarle los costados y el cuello con más confianza.
- Zonas prohibidas. Los expertos recomiendan que, aunque el perro esté encantado con los mimos, es mejor no aventurarse a acariciar zonas que son vulnerables para los canes como la panza y las pezuñas. Recordemos que el perro no nos conoce de nada.
- No se abraza ni se dan besos. En lenguaje canino los abrazos son una forma de dominación. Además, este gesto les impide escapar si así lo desean, por lo que pueden estresarse. Los besos son invasivos.