¡Estoy feliz! Decidí convertir mi pasión en mi trabajo
Aquí cuento un poco de mí.
Mi pasión por los animales hizo que después de terminar mis licenciaturas y una vez trabajando, realizase el primer curso de educador canino hace ya 16 años.
Hasta el 2012, pude compatibilizar mi trabajo con las clases a domicilio como Educadora Canina. Pero a partir del 2012, comencé a trabajar en el Gabinete de una Ministra y me era imposible llevar una agenda ordenada con mis alumnos. Entonces decidí hacerme voluntaria del Centro de Protección Animal del Ayuntamiento de Madrid. Las tardes que tenía libres, salía corriendo para pasear a los perretes que allí se encuentran buscando sólo unas caricias y una compañía que su estancia en cheniles no les permite.
En 2018 me quedé en paro y decidí apostar con lo que en realidad me hace feliz en la vida, y es trabajar con perros.